¡Estar salvajemente divina todos los días es complicado, pero Clawdeen siempre consigue ir al último aullido!
Hay días en los que una monstruita solo quiere tomárselo con calma y quedar con sus monstruo-amigos.
Después de clase, Clawdeen se pone garras a la obra para diseñar sus colecciones de alta lobura.
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